Desmontando la psicología positiva. Part 1. Cambio de rumbo.

Cuadernos de Inlogika - Podcast tekijän mukaan Jose Torres Psicología

Tenía ganas de comenzar a desmontar este totalitarismo felicitario absurdo que inunda la divulgación donde quiera que uno lea o escuche, pero el audio anterior comentando una conferencia, me puesto de tan mal humor que no me sentí escuchándome ni reconocido, ni representado. Así que tras una breve reflexión, cambio de rumbo, explicación debida y a caminar por otra senda con la que me sienta más cómodo. A pesar de que en la conferencia del otro día que comenté y por lo que he podido trastear sobre el tal Victor Krugger, califica de tarados, mezquinos, mediocres, cenizos, idiotas a todas las personas que no van con una sonrisa de payasete impostada por la calle intentando fingir que son felices, no voy a hacer yo lo mismo, que no es mi estilo y voy a adoptar un enfoque mucho más suave, pero mucho más duro de cara a desmontar esta charlatanería oportunista que se nutre de las carencias afectivas y sufrimiento de las personas que no consiguen sentirse razonablemente bien, para satisfacer sus necesidades de integración, adaptación y económicas. Nada nuevo bajo el sol, pero no será porque los hombres de bien nos quedemos callados. Eso sí , procuraré a partir de ahora hablar con más propiedad. Como motivo he de decir, que a pesar de saber de estos conferenciantes , nunca me había molestado en dedicar 20-25 min de mi vida a escucharles debidamente, y que soportar semejantes faltas de respeto, engaños, premisas falsas, alusiones falsas a la ciencia, y en este caso problemas graves de dicción, falta de gracia y dificultades de expresión y de hablar en público adecuadas, me sacaron de mis casillas. No es fácil pasarte 12 años formándote para continuar con formación continua y tener 25 años de experiencia en diferentes ámbitos, para después observar que una charla plagada de incoherencias y absurdos es trending topic. Es duro y di rienda suelta a mi indignación, colocándome a mi mismo en un rol que no me satisface. Puedo hacerlo mucho mejor, y pese a ser alguien con fama de hablar alto y claro, tiendo a no faltar al respeto ni insultar, cuando menos no tanto como en el audio del otro día. Honradamente, escuchándome, Victor me dio hasta un poco de lástima, y esa no era la idea, si no descubrir las premisas falsas y engañosas en que se basa el discurso para tranquilizar a la mayor cantidad de gente posible. Tomamos otra dirección mucho más inteligente; duro es suave y suave duro, y vamos a volver a la suavidad habitual. Seremos más efectivos.

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