Intercambio comunicacional

Toda transmisión de mensajes debe ser completamente objetiva, clara, eficaz, precisa y, principalmente, asertiva. Si damos un discurso, la información debe ser completamente enfocada a nuestros receptores, para que se realice placenteramente los procesos comunicacionales, creando un sentimiento en el receptor del ese mensaje que transmitimos y que permita la retroalimentación de pensamientos y opiniones, o, como lo comenta Fonseca (2011), estableciendo comunicación con un propósito de entendimiento, pretendiendo lograr algo en común por medio del mensaje que se intenta compartir, puesto que, al final de todo, comunicación es “compartir algo de nosotros mismos”, el quién dice qué, a través de qué canal, a quién y con qué efecto, provocando una retroalimentación; es decir, un emisor, que codifica, un canal, por donde enviar un mensaje, y un receptor de decodifique, provocando una retroalimentación.  ¿Cómo podemos enviar la máxima cantidad de información a nuestros receptores en un determinado canal? Con un proceso de escucha y habla realmente activas, el emisor y el receptor tienen la misma responsabilidad, dice Fournier (2002), se debe buscar una empatía, aprender a escuchar. Por lo tanto, hay comunicación verbal, no verbal, escrita, onomatopéyica, etc. Lo que es necesario es “leer” la comunicación, entenderla, ella nos indica, cualquier tipo de comunicación, si la usamos correctamente, alegría, tristeza, preocupación, aceptación, entendimiento, ruptura, claridad, el estado de ánimo. Aprendamos a escuchar para comunicarnos, para transmitir “información y conocimientos de una persona o grupo a otro mediante símbolos comunes” (Ivancevich, 2006) link YouTube: https://youtu.be/R07drbH-dpo