Inconsciencia nivel pánico: Blinken amenaza a China estando en China, ¿qué puede salir mal?

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Un más que diplomático presidente de China, Xi Jinping, recibió en su 'casa' al secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken. Y luego de que Xi recordara que este año se cumplen 45 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, Blinken fue presa de su naturaleza: amenazó a China con sanciones. Diplomacia vs belicismo marca registrada En su encuentro con Blinken, Xi describió el período de las relaciones bilaterales con EEUU como "un plazo de altibajos" del que se han sacado "muchas lecciones importantes". Añadió que China está dispuesta a cooperar con Washington, pero que la cooperación debe ser una carretera de ida y vuelta. "China no teme a la competencia, pero ésta debe tener como objetivo el progreso común, no un juego de suma cero", dijo Xi. El mandatario chino subrayó en este sentido, que ambos países deben ser "socios más que rivales", buscar un terreno común, pese a las diferencias, y no "la competencia feroz", al tiempo que deben cumplir su palabra. Asimismo, evocó tres principios –"respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación en beneficio mutuo"– que no sólo debería ser un resumen de la experiencia pasada, sino también una "guía para el futuro". Tras el encuentro y esas palabras cargadas de diplomacia y buenas intenciones de Xi, un Blinken a punto de caer en el síndrome de abstinencia de amenazas, denunció su "seria preocupación" por el apoyo de China a la industria de defensa rusa y avisó a Pekín que Washington podría imponer sanciones por el asunto. Dijo Blinken: "Esperamos que China tome medidas. Si no vemos un cambio, igual que ya hemos impuesto sanciones contra compañías chinas y hemos incrementado el control de las exportaciones, estamos totalmente preparados para actuar y tomar nuestras propias medidas. Lo he dejado muy claro hoy". ¡Chán! Al respecto, el analista internacional Eduardo Luque advirtió que "hay una demostración palpable de lo que son las buenas formas en política, y lo que es, absolutamente, gente que no tiene ningún principio moral. Ni siquiera un comportamiento diplomático razonable". "Mientras China habla de mejorar las relaciones, de explicar qué es lo que ha pasado e intentar proyectar un futuro mejor para las relaciones entre los dos países que tendrían que llevarse bien, el señor Blinken, antes de llegar a la reunión en una rueda de prensa, acusa al Gobierno chino de genocidio. Esto lo hizo antes de empezar las conversaciones con los representantes chinos. La respuesta de China fue elocuente en línea de lo que hacen siempre los chinos: lo recibió a pie de la escalerilla del avión un funcionario de cuarto nivel, un personaje que no tiene la talla política evidentemente de Antony Blinken, y es una demostración palpable de una respuesta, la que se tenía que dar, sin aspavientos y sin levantar la voz. Pero claramente quedaba retratado este personaje. Y, por otra parte, [la conducta de Blinken] revela la prepotencia de funcionarios estadounidenses que creen que el mundo es como ellos lo pintan, como ellos lo sueñan, o como ellos creen", observa Luque.

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