1384. Gases y uso de carbón vegetal activado.
Comiendo con María (Nutrición) - Podcast tekijän mukaan María Merino Fernández
Las consultas sobre flatulencia o molestias relacionadas con un exceso de gas intestinal o gástrico son frecuentes en la oficina de farmacia. Aunque normalmente no suelen ser graves, es interesante que el farmacéutico conozca a fondo el problema, para ofrecer, en cada caso, el consejo más adecuado a su cliente.Con el término «flatulencia» se describe la distensión del aparato digestivo por acumulación excesiva de gases. Los gases acumulados pueden ser de origen gástrico o intestinal. En el primer caso se eliminan por vía bucal, mientras que en el segundo se expulsan por vía anal. Hasta que son eliminados, su acumulación dilata las paredes gástricas e intestinales y, por tanto, las abdominales. Esta distensión abdominal, conocida también como meteorismo, puede alcanzar un tamaño considerable, y es una de las molestias más frecuentes entre quienes padecen flatulencia.Gases y alimentaciónLa cantidad de gases que se introducen o se forman a diario en el intestino es variable, y puede deberse al aire que se traga al comer y al beber, a la descomposición de ciertos alimentos o también ser consecuencia de la fermentación por parte de algunas bacterias intestinales. Entre el 5-15% del aire deglutido, sobre todo oxígeno, es absorbido por la sangre en el intestino delgado; ésta, a su vez, libera en el intestino delgado dióxido de carbono que, junto con el oxígeno restante no absorbido, pasa al intestino grueso, donde aumenta su volumen, ya que se le suman los gases producidos por las bacterias al descomponer los restos alimentarios.Algunos alimentos ricos en fibra, hidratos de carbono, celulosa, proteínas y grasas, junto con las bebidas gaseosas, pueden provocar la acumulación de gases en el estómago y el intestino. El tipo de alimentación y la diferencia en la flora intestinal hace que algunas personas produzcan más gases que otras, y que algunos alimentos que producen flatulencia en unas personas no lo hagan en otras.También pueden tener su origen en ciertos fármacos o en enfermedades digestivas moderadas o graves, como las úlceras gástrica y duodenal y la dispepsia intestinal. Sin embargo, ciertos factores relacionados con la calidad de vida como el estrés, la ansiedad o el nerviosismo favorecen la aceleración del ritmo intestinal y una mayor deglución de aire. El estreñimiento también influye en la acumulación de gases, ya que las heces acumuladas los generan.Las proteínas y las grasas producen menos gases que los hidratos de carbono. La mayoría de los cereales que contienen grandes cantidades de hidratos de carbono producen gases cuando son digeridos. La lactosa, azúcar presente en la leche, requiere de la enzima lactasa para su digestión. Algunos niños poseen deficiencia de lactasa en su aparato digestivo y, como consecuencia, la lactosa sin digerir puede fermentar en el intestino grueso produciendo gases. Otros azúcares como la fructosa, la rafinosa o el sorbitol también pueden producir gases.La fibra, que forma parte de muchos alimentos, pasa intacta a través del intestino delgado. La fibra insoluble tampoco es atacada en el intestino grueso y facilita el tránsito y la consistencia de las heces. La fibra soluble, por el contrario, es digerida en el intestino grueso, produciendo gases.La dimeticona es una silicona inerte con propiedad tensoactiva que disminuye la tensión superficial de las burbujas mucogaseosas, causantes de la retención de gases. Ello permite su desintegración y evita su formación, originando un efecto carminativo y antiflatulento. La dimeticona es fisiológicamente inerte y no se absorbe por el tracto gastrointestinal. No altera las secreciones ni la absorción de nutrientes. Después de su administración oral, se elimina sin cambios en las heces.Está indicada para la flatulencia, el meteorismo, la distensión abdominal, la dispepsia, el tránsito intestinal lento y la flatulencia posparto o posquirúrgica....