Charles Lankester – pionero de la orquideología costarricense

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Charles Herbert Lankester fue sin lugar a dudas la figura más dominante de la Orquideología centroamericana durante la primera mitad del siglo veinte. Fue muy joven que se trasladó desde Inglaterra a Costa Rica, luego de leer un anuncio en el diario inglés The Daily Telegraph, en el cual se ofrecía un puesto para trabajar como asistente en una compañía cafetalera en la localidad de Sarapiquí en Heredia. De manera que el joven Lankester postuló para tal puesto y fue contratado. Seguramente influenciado por su primo, el notable naturalista y zoólogo británico Edwin Ray Lankester, Charles se interesó inicialmente en el estudio de las aves y las mariposas, sin embargo, rápidamente es encantado por la naturaleza costarricense y se despierta su notable interés por la botánica, iniciando así la colecta especialmente de orquídeas en los bosques de la provincia de Cartago y el valle central. Para poder acceder a la identificación de estos ejemplares Lankester inicia correspondencia hacia el final de la primera década del siglo XX, con el entonces subdirector de Royal Botanic Gardens en Kew, Arthur William Hill y el experto orquideólogo Robert Allen Rolfe. Gracias a esto logro identificar muchas de los ejemplares que colectó y que terminaron por ser especies nuevas para la ciencia. Muchas de las cuales formaron parte de su colección personal de plantas vivas que sería famosa años después. Hacia 1920, Lankester regresó a Inglaterra y luego viajó a África hasta 1922, contratado por el gobierno británico para realizar investigaciones sobre plantaciones de café en Uganda. Al regresar a Inglaterra, descubrió que Rolfe había muerto el año anterior, por lo cual muchas orquídeas que había traído a Kew desde Costa Rica, quedaron sin identificación por lo que decide regresar ese mismo año 1922, a Costa Rica, año que marcó un punto de inflexión en su carrera como orquideólogo. Inicia de esta manera una relación profesional con el orquideólogo estadounidense Oakes Ames, relación que quince años, aportaría más de 100 nuevas especies de orquídeas entre los ejemplares que recibió de Costa Rica. Ya en 1922, Ames había iniciado una serie de publicaciones sobre orquídeas, a las cuales denominó Schedulae Orchidianae. Para su tercer fascículo, en enero de 1923, Ames comenzó a describir muchas de las orquídeas de Lankester, que se habían depositado en Kew y se habían ha quedado sin identificar, igualmente Ames siguió pidiéndole a Lankester que le enviara más especímenes. Tres grandes nombres forman el más ilustre trío de recolectores en la historia de la orquideología de Costa Rica, el botánico francés Auguste R. Endrés, el botánico nacional Alberto Manuel Brenes y sin lugar a dudas Charles Herbert Lankester. En los primero años del si­glo XX, Lankester se de­sem­pe­ñó en va­rias ocu­pa­cio­nes: tra­ba­jó en va­rias fin­cas, y co­lec­tó numerosos especímenes de in­sec­tos y aves. Igualmente co­no­ció y co­la­bo­ró con grandes na­tu­ra­lis­tas de la épo­ca co­mo los botánicos suizos Hen­ri Pit­tier, Pa­ul Bio­lley y Adolphe Ton­dúz, el botánico francés Car­los Werc­klé, y los naturalistas costarricenses Jo­sé Cástulo Ze­le­dón y Anas­ta­sio Al­fa­ro, entre otros. Luego de su retorno a costa rica en 1922, Lankester se de­di­có a tra­ba­jar en su fin­ca "Las Cón­ca­vas", la cual ha­bía com­pra­ do unos años an­tes. Fue en es­te lugar don­de por 33 años se de­di­có a le­van­tar un jar­dín de or­quídeas y de otras plan­tas epí­fi­tas, el cual se con­vir­tió en el pun­to de des­ti­no de muchos bo­táni­cos y turistas que vi­si­ta­ban nues­tro país. Don Car­los y su fa­mi­lia de­di­ca­ron mu­cha aten­ción a cui­dar de las ri­que­zas na­tu­ra­les de la zo­na. Además, lo­gra­ron al­tos ren­di­mien­tos en su pro­duc­ción de ca­fé, lo cual pro­por­cio­nó a los Lan­kes­ter me­dios eco­nó­mi­cos pa­ra vi­vir có­mo­da­men­te. En 1955, tras la muerte de su esposa y ya con 76 años, Lankester decidió vender su finca pero conservó la pequeña parte que contenía su jardín, un terreno llamado “El Silvestre”. Mudándose a una casa que había comprado en Moravia, uno de los suburbios de la capital, San José. En “El Silvestre”, Lankester completó sus notables colecciones de orquídeas y plantas de otros familias, iniciada en la década de 1940, las cuales hacia marzo 1973 formaron la base del hoy Jardín Botánico Charles H. Lankester de la Universidad de Costa Rica, llegado a convertirse en una de las instituciones botánicas más activas e importantes del Neotrópico. En nuestro viaje de hoy, nuestra máquina del tiempo nos llevará a un viaje por la Costa Rica de inicios de siglo, donde haremos un recorrido junto a este notable naturalista, pionero en el estudio de las orquídeas mesoamericanas, pero también en otros grupos como aves e insectos. Música del capítulo Eddy Hoefler – Naruto Main Theme Patrik Pietschmann – Ludwig Göransson - Tenet - Main Theme (Piano Version ) The Cure – Just Like Heaven – 8 bits Of Limbo – Happened Again

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