Antonio Gaudí en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

Kategoriat:

Hoy empezamos la biografía de Anton Placid Guillem Gaudí i Cornet y ya vemos si la terminamos o no. Este pequeño rubio de ojos azules nació en Reus el 25 de junio de 1852, cuando todavía el turrón era barato. Venía de una familia de caldereros, que ahora suena a trabajo de mierda pero que en 1852 te daba pa mandar a estudiar a tu hijo a Barcelona. Era el menor de 5 hermanos, de los cuales ninguno llegó a los 40. Las cenas de navidad de Gaudí eran más tristes que el final de David, el Gnomo. Y fue todo un milagro que Antoni sobreviviera a sus hermanos, porque desde pequeñito tuvo más achaques que la madre de Marco. Padeció reumatismo, lo que le obligaba a permanecer durante mucho tiempo en reposo mirando por la ventana, como nosotros en el confinamiento pero sin aplaudir. Y entre que se llevaba tor día mirando caé lasojita de los árboles y que el padre pa distraerlo lo ponía a hacer cacerolas, acabó desarrollando una extraña noción de los objetos como tridimensionales. Fueron precisamente sus problemas de salud los que marcaron su carácter retraído y un poco amargao y le llevaron a ser estrictamente vegetariano, con largos periodos de ayuno, que a lo mejor si hubiera comido más pavía rebozá y menos endivias, el muchacho hubiera sido un poquito más simpático. Entre 1875 y 1878 hizo la mili en la Administración Militar del Arma de Infantería de Barcelona, pero iba menos que Torete al colegio porque siempre estaba malito. Aunque a él le vino estupendamente para seguir con sus estudios y para librarse de entrar en combate en la III Guerra Carlista, que allí había mucho polvo y se iban a gastar más en ventolín pa Antoni que en balas. Así que en el mismo 1878 se graduó en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, pero su curriculum era tan mediocre que el director de la escuela dijo que le habían dado el título a un loco o a un genio, que el tiempo lo diría. Y lo dijo. Gaudí comenzó su carrera diseñando farolas con un montón de piezas de metal así puestas unas encima de otras, que son mu bonitas pero que no veas la de polvo y la de mierda que coge eso en la calle. Luego llegarían otros encargos con los que empezaría a adquirir renombre hasta que en la Exposición Universal de París hizo una vidriera, como los mandalas que dibujan los niños ahora, que impresionó a Eusebi Gûell, que inmediatamente se convertiría en su mecenas, encargándole tó lo que hay en Barcelona con el nombre Gûell. Gaudí no sólo fue un innovador en las estructuras, si no también en los acabados. El se iba al polvillo a por azulejos rotos y lo mismo te hacía una lagartija que un mosaico con una estación de penitencia. Lo que no hacía eran planos, él cogía el Alfanova, el papel celofán de colores y las témperas y se hacía la maqueta en chiquitita. Y que se apañaran los albañiles. En 1891 le encargaron un proyecto que no salió, pero que como ya tenía la maqueta hecha, aprovechó las torres pa la Sagrada Familia, que tienen más recovecos que la parte de atrás de un televisor. Y así, cada vez que tenía un ratito, le iba poniendo cosas a la Catedral, que si una bóveda hiperboloide, que si una vidriera del Rey León, como el abuelo de la catedral de Aquarius pero con más colorinchis. Llegó a ser tan famoso en su tiempo que le pusieron su cara a las representaciones de San Felipe Neri, que era como Darwin, pero de perfil. Antonio vivió dedicado por completo a su profesión, permaneciendo soltero durante toda su vida y parece ser que tan sólo en una ocasión, allá por 1884, se sintió atraído por una mujer, una profesora llamada Josefa Moreu. Con lo cortaito que era el muchacho y el trabajito que le costó declararse, coge ella y le dise que también lo quiere, pero como amigo. A lo que él contestó: yo ya tengo un amigo que me ama y su nombre es Jesús, convirtiéndose en una persona profundamente religiosa en todos los sentidos, hasta el punto de vestir como un mendigo. La última etapa de su vida la vivió dentro de la propia Sagrada Familia porque veía que no le daba tiempo de tenerla lista pa el lunes, hasta que el 7 de junio de 1926 cruzó la Gran Vía sin mirá y un tranvía le metió un viaje que le quitó el reuma, el lumbago y la ardentía. Como nadie sabía quién era porque iba vestido como Barragán, lo dejaron allí tirao, hasta que un policía lo reconoció y dijo “o llevamos a este hombre al hospital o la obra de la Catedral va a durar hasta el 2026”. Desgraciadamente Gaudí no se salvó y está por ver lo del 2026, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cuando limpien el polvo de la parte de atrá del televisor o alguien los quiera pero como amigos.

Visit the podcast's native language site