Bartolomé Beltrán en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

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Hoy hablaremos de la desconocida vida del primer influencer con estudios, el doctor Bartolomé Beltrán Pons, que ya inventó lo de las consultas telefónicas y que no te cogieran el teléfono antes del COVID. El pequeño Bartolomé nació en Mallorca el 30 de noviembre de 1949. Lo llamaron así porque ya nació con las onditas en el pelo de un señor de 55 años. Era hijo de un alto alto altísimo mando de la Guardia Civil, de 2’10 por lo menos, y por eso pudo mandar a estudiar a su hijo a la universidad cuando la mayoría de los españoles sacaban a los suyos del colegio para trabajar en cuánto sabían escribir su nombre para no firmar el DNI con un X. La madre sabía que su pequeño tenía nombre para no tener amigos ni en Balay, pero también sabía que tenía un grandísimo talento porque un día le hizo un pollo y el niño en vez de coger E HINCARLE EL DIEEEENTE, LE HISO DÓ OPERASIONE Y ARA ANDA ER POLLO PERFECTAMENTE Nuestro pequeño amigo era más listo que la voz en off de Saber y Ganar y tenía más carisma que Meryl Streep, que los profesores empezaron llamándolo Bartolo y lo acabaron llamando Don Bartolomé. En 1968, cuando terminó el Bachillerato a los 18 años se fue a Valladolid a estudiar Medicina donde aprendió a escribir tan bien su nombre que no se sabía si ponía Bartolomé Beltrán, Bromazempam 1 gr o Paracetamol y mucha agua. Al terminar en 1973 decidió especializarse en TOCOGINECOLOGÍA, porque el Dr. Beltrán era un auténtico BATMAN: muy reservado con su vida privada, vestía siempre de oscuro y hacía guardía por las noches. Recién terminaita la carrera en 1978 fue jefe del equipo quirúrgico de la Seguridad Social en Ginecología, que pa que te pongan de jefe saliendo por la puerta de la facultad o eres muy bueno o en España había 4 ginecólogos y uno que le quedaba el último de Anatomía de Grey. En 1980 fue enviado durante el gobierno de Adolfo Suárez a Nicaragua para instalar un Hospital de Campaña tras el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza, que no que el hombre fuera malo, es que tú piensas la que le han tenido que dar tó su vida llamándose Anastasio y normal que eso saliera por algún sitio. Por lo visto Anastasio había dejao la sanidad como Ayuso las residencias de ancianos en la pandemia. Fue en 1982 cuando dio el salto a los medios de comunicación con el programa de radio “La salud es lo que importa”, porque Bartolomé tenía una boquita que lo mismo te recetaba Vicks Vaporub, que te vendía un maletín de primeros auxilios con tiritas que parecen que llevan loctite o unos pedales de bicicleta para hagas deporte sentaito en el sofá por la teletienda. Bartolomé tenía más negocios que el dueño de UNILEVER. Fue miembro de todas las sociedades médicas españolas que os podáis imaginar y asesor del Ministerio de Sanidad y consumo, coordinaba publicaciones de revistas científicas, escribía en periódicos, publicaba libros, era director de prevención de servicios médicos de A3media, era como tu suegro, se metía en tó. Ya en esta época tenía había aprendido a peinarse las onditas del pelo y le dio una tortícolis que el pobre no se curó nunca, que salía en todas las fotos como si le estuvieran hablando y no se enterara. En 1995, la empresa de su propiedad, VITAPLAN S.L. se hizo con el 84% del Real Club Deportivo Mallorca, convirtiéndose en su presidente hasta 1998. Beltrán era el Florentino de antes. El Mallorca subió a primera, al año siguiente quedó quinto y llegó a la final de la Copa del Rey. Luego Antonio Asencio, el dueño de Antena 3 se lo compró y Bartolomé siguió con sus cositas de médicos. Estuvo casado y tuvo al menos 2 hijos, porque uno en un tuit, que se ve que lo conocía, le da las condolencias a su esposa y a sus hijos, así, en plural. Hay una foto por ahí que sale Bartolomé con dos más y por lo visto 1 es su hijo, que con esa cara que tiene, no me extraña que lo haya escondío. Desgraciadamente, el 17 de febrero de 2024 el riñón le filtró menos que la jarra de agua Britta y el Dr. Beltrán nos dejaba a los 74 años de edad, aunque ustedes siempre podrán recordarlo cada vez que su suegro se metá en tó o vean a un pollo andar perfectamente.

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