Chus Lampreave en Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

Kategoriat:

Hoy recordaremos la vida de una mujer que fue muchas chicas, chica Berlanga, chica Trueba y cómo no, chica Almodóvar. Hablamos de María Jesús Lampreave Pérez, la más chica de toda las chicas.. La pequeña Chus nació aquí, en Madrid, el 11 de diciembre de 1930. Su primer carnaval no necesitó disfrazarse porque ella ya iba de vieja. Tuvo una infancia marcada por la posguerra, que en español significa que pasó más hambre que Carmen Sevilla en la clínica Buchinger. Era una niña normal de 74 años, jugando a hacer croché tapaita con la mesa camilla y a cocinar cocido en una olla marrón que nosotros la usamos mejor pa hacer caracoles, que están más ricos que los garbanzos esos que se comen los madrileños, que están más secos que la madre del de Psicosis. Pero a ella lo que le gustaba era pintar, ella con lo que era feliz era con la lata grande de lápices Alpino que traía el color CANNEEEEE. Así que con 20 años se fue a la Academia de Bellas Artes de San Fernando con un dibujo de Popeye metido en una carpeta mu grande que es mu difícil de llevar porque no te llega el brazo hasta el final de la carpeta, y la tienes que llevar como si fuera una pancarta. Que no sabes si el que la lleva es dibujante, arquitecto o activista de Greenpeace. Dicen que Chus no lo hacía del todo mal, pero claro se sentaba al lao del pintor hiperrealista Antonio López, que pinta estupendamente pero es más lento que la digestión de un plato hondo de menudo. Hasta Chus, que veía tan poco que siempre cantaba riéndose con la boca mu abierta, se dio cuenta que no podía competir con el que sería el futuro pintor de la familia real, aunque siempre sería una gran aficionada a la pintura, sobre todo de las que tenía que usar el color CANNEEEEE. Según la propia María Jesús, nunca tuvo vocación de actriz hasta que conoció a Jaime de Armiñán, que es un guionista de aquella época con cara de desayuná los sobaos mohaitos en la sarsita que sobró de la berza del día anterior. Debutó en el cine en 1950 con la película “El pisito” dirigida por Marco Ferreri, que tiene apellido de décimo que no te toca por un número; La cosa es que por una letra, Marco era un tieso. En 1960 se casó con su Eusebio, que la quería mucho y le apoyó en todos sus proyectos y éxitos, porque no pasa nada por alegrarse de los éxitos de tu pareja ¿eh, chicos? de verdad, que no se os cae la churra ni nada. Fue él quien la animó a hacer un vídeo de apoyo al PSOE en las elecciones del 96. Chus tenía ese don con el que era capaz de apoyar al SOE con la misma profesionalidad y entonación con la que anunciaba un paquete de espaguetis. Luego vendría Berlanga para incluirla en su trilogía Nacional. Chus se estaba convirtiendo en la mejor actriz secundaria del cine español con sus personajes ingenuos y cómicos, aunque la gran popularidad vendría pasados sus 50 años, cuando Almodóvar la convirtió en estrella fija de sus películas. En esta época ya llevaba las gafas de Paco Umbral pero con las patillas doradas, que si no no es de abuela, y avisaba por teléfono, a quien correspondiera, que había hecho croquetas de pushero, siempre con los calcetines de media subidos hasta debajo de la rodilla. Una de sus interpretaciones más destacable fue en la película de Antonio Mercero, “Espérame en el cielo”, donde hacía de sufrida esposa de un pobre desgraciado que, por su parecido físico, le obligan a ser el doble de Franco. También fue la vecina pescadera de Torrente, la tía del pueblo que le decía a Penélope Cruz ¡Qué tengáis cuidaico!, doña Asun en “Belle Epoque”, Doña Antonia en “Bajarse al moro” y una portera testiga de Jehová que siempre tenía que decir la verdad en “Mujeres en un ataque de nervios” Chus era esa actriz que llenaba la pantalla y no era con el cuerpo. Lamentablemente nos dejó con 85 años, el 4 de abril de 2016 y ahora le estará diciendo a Verónica Forqué: “Paso total de vosotras, me aburrís”, aunque ustedes siempre podrán recordarla cuando vean a una bebe disfrazá de vieja o en la caja de colores les venga el color CANNEEEEEEEE.

Visit the podcast's native language site