Coco Chanel en Las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

Kategoriat:

Hoy descubriremos la vida de la más grande modista que cosió pa la calle, Gabrielle Chanel, a la que llamaron Coco, que es la Pitu de aquí. La pequeña Gabrielle nació el 19 de agosto de 1883 en Saumur, donde fabrican las ambulancias, en un hospicio de monjas con muchas ganas, pero sin muchos recursos y con un iglesia mu grande y un cura fijo discontinuo que era lo que más se usaba. Su madre, Eugénie Jeanne, era campesina y su padre, Albert, era vendedor ambulante de las alcachofas que plantaba Eugénie Jeanne. Ya tenían una niña de 1 año y vivían en condiciones precarias cuando se les ocurrió una gran idea; “TENGAMOS OTRO HIJO”. No sería la única gran idea de este matrimonio, que tuvo 4 hijos más. El apellido de la pequeña Coco se llevaría años escrito en el registro como “Chasnel” porque la madre estaba después del parto peor que con una resaca a partir de los 40 y el padre estaba en la charca la pava vendiendo las alcachofas de Eugénie Jeanne. En 1884, cuando Coco tenía 1 añito, el padre aceptó 5000 francos del suegro pa que se casara con Eugénie Jeanne, porque el hombre se veía venir que el yerno era un Batman con enchufe de fuerza, como las vitrocerámicas. Desgraciadamente su madre murió a los 31 años, cuando ella tenía tan sólo 12, exhausta por los 6 embarazos, la granja, la tuberculosis y, sobre todo, por los 6 grupos diferentes de Whatsapp del colegio. Cuando el padre se vio con tó los niños, parecía que le habían dao el globo ese que si tardas mucho en pasarlo se explota y te llena de agua. Los dos niños los dejó en la puerta de la Junta de Andalucía y a las niñas en la de un orfanato religioso, donde les enseñaron a coser, bordar y planchar pero con menos cariño que en una fábrica de Shein. Huyendo de su realidad, la pequeña se inventó que su familia era burguesa, que cuando su madre murió, ella tenía 2 años, su padre se fue a América y ella se quedó al cuidado de unas tías insensibles, y además que era capaz de entrar y salir del Tiger sin comprar nada. Cuando cumplió los 18 años, en 1901, Gabrielle fue enviada a un internado religioso donde tenían el FP de corte y confección con prácticas de empresas. Allí coincidió con su tía Adrienne que era sólo 2 años mayor que ella, porque en esa familia lo de la marcha atrás les sonaba a música de Semana Santa. Las dos fueron contratadas como ayudantes de un sastre en una pañería, que tantos años aprendiendo a coser pa acabar haciendo paños es pa echarse a la drogaporro. Pero los hombres que iban a la sastrería coqueteaban con ellas y las invitaban al cabaret donde Coco empezó a cantar mientras se cambiaban los artistas principales y se ganaba un dinerito. Empezó en un café-concert de Dos Hermanas, “La Rotonde”, donde empezaron a llamarla Coco. En 1906, se fue a Vichy, que tenía mucha agua y muchos cafés, pero como cantaba menos que los primeros que se van en Operación Triunfo, se tuvo que volver a “La Rotonde” de Dos Hermanas, sin esperanza ninguna de consagrarse como cantante. Pero entonces, cuando tan sólo tenía 23 años, conoció a un rico oficial de caballería francés y se convirtió en su amante, viviendo los siguientes 3 años en su castillo y de fiesta en fiesta, pero en 1908… uno, dos, 1903, 3 viviendo con el oficial, (golpe en la mesa con nudillo) Coco le puso los cuernos con su mejor amigo, ahí, cómo más duelen. Este era capitán e inglés, también mu rico, porque le puso un piso en París y financió sus primeras tiendas. Estuvieron juntos 9 años, pero como el karma nunca se está quieto, este capitán nunca le fue fiel, a ella ni a nadie, porque se casó con otra y se seguía liando con Coco. Luego Chanel aprendió a hacer sombreros e inauguró en 1909 una boutique financiada por el primero, el caballero francés que estaba más perdido en la historia que Tamara Falcó en el Decathlon y que no era porque ella no le diera pistas porque en 1913 abrió una boutique, pero financiada por el otro, por el inglés. Hay que decir que Coco le devolvió al inglés el dinero prestado, al francés, como estaba a por uvas, le regaló un sombrero. Alrededor de 1915 conoció a Demetrio Románov, porque ella no le ponía vallas al campo. Al año siguiente, en 1916, sus modelos aparecen por primera vez en la revista Vogue y comienza su gran imperio de moda, sombreros, accesorios, joyas y perfumes. Quién diría que su 1er gran éxito sería el “pequeño vestido negro” que utilizaba por el luto del capitán inglés que se comió una Rotonda en Dos Hermanas en 1919. Aquí ya llevaba más broches que la Thatcher, más collares que Carmen Polo y las cejas con menos forma que aquel pan que hiciste en la pandemia. En 1939, cuando comenzó la IIWW cerró todas sus tiendas, porque decía que no era momento para la moda, haciendo un ERE a 3000 empleados, pero dejó abierta su boutique en París, salvando a 3 trabajadores, no fuera que la gente le cogiera coraje. Pero su educación rígida y sus creencias religiosas férreras quedaron al descubierto cuando confesó su posición política, su aversión a los judíos y a los homosexuales y su relación con un alto oficial militar nazi. Al cerrar todas las droguerías judías, las ganancias de la venta de su perfume Chanel No5 que vendía en su boutique fueron tó pa ellas, por lo que estaba más contenta que la mosca de la playa cuando abres el tuper de pimientos fritos. Durante este periodo era como una especie de espía, pero sus mejores clientes y socios eran judíos y lo seguirían siendo después de la guerra, porque es el mercado, amigos. Pero como de siempre a la gente se le olvida tó mu rápido, sus trajes de tweed y vestidos simples triunfaron en Reino Unido y EEUU. Las minifaldas no, que eso es de buscona. En sus últimos años se volvió una persona tirana y solitaria. Recordaba sus romances y estaba enganchá a la morfina, como Belén Esteban, pero viviendo en el Ritz de París. El 10 de enero de 1971, con 87 años, Coco Chanel dejaba libre la habitación del Hotel donde había residido los últimos 30 años diciendo “Bueno, así es como uno se muere” que huele a leyenda urbana porque la pobre estaba más sola que en una mudanza, aunque ustedes siempre podrán recordarla cada vez que haya un ERE o conozcan a alguien que se haya comío una rotonda en Dos Hermanas.

Visit the podcast's native language site