Juana de Arco en Grande Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

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Hoy viajaremos hasta el s. XV para recordar la vida de Juana de Arco, que en su idioma materno,el francés, tiene nombre de perfume: “Jeanne D’Arc”, con ligeros toques de madera ahumada. La pequeña Juana nació en Domrémy en 1412. Según la historia, Juana, era una joven campesina, que es más romántico que decir que su padre era un Cayetano Martínez de Irujo de allí. Dueño de un terreno de unas 20 hectáreas, su padre también era funcionario, recaudador de impuestos, jefe de la policía local y colaborador de La Sexta. Vivían en una zona aislada al este de Francia, fiel a la corona francesa, rodeados de tierras pro borgoñonas que de vez en cuando le incendiaban al padre la villa. En 1425, a los 13 años, tuvo su primera visión en el jardín de su padre. No la villa ardiendo, otra visión. Aseguraba haber visto al Arcángel Miguel, a Santa Margarita y a Catalina de Alejandría diciéndole que expulsara a los ingleses y llevara al delfín a Reims para ser coronado como rey. Por lo que sea, la madre no tuvo tiempo de llevarla al psiquiatra ni nada. Según sus palabras, lloró cuando se fueron porque eran muy hermosos. Igual que yo cuando cambio un billete de 50€. A los 16 años se apuntó a una excursión de la asociación de vecinos para ir a pedirle al comandante de la guarnición una escolta armada para llevarla a la Corte Real. El comandante le dijo que sí, que le iba a dar la escolta, un mercedes blindao y la suscripción de pago de iVoox para que no se aburriera en el viaje. Pero a Juana, que era más insistente que un comercial de Jazztel, no le disuadió el sarcasmo del comandante y volvió el siguiente enero a pedirle lo mismo pero esta vez respaldada con un mensaje que le había dicho un pajarito mientra cuidaba de su rebaño: La derrota francesa en la batalla Rouvray, cerca de Orleans. Varios días más tarde llegaron los mensajeros franceses con la bandera enrollaita y cantando canciones de Elton John. Con la confirmación de su predicción, el comandante accedió a darle a Juana la escolta para ir a la Corte Real a ver al delfín y 20€ para que le comprara un décimo de navidad en el “Gato Negro”. Juana iba más contenta que La Pantoja al Sálvame, aunque por su seguridad la vistieron de soldado para que los albañiles no le fueran diciendo cosas como, “Ven pa’cá que te ví a comé tó el Arcángel”. Luego la acusarían de travestismo, que el siglo XV eso estaba mu feo. A los 17 años tuvo su primer encuentro con Carlos, el delfín de Francia, al que causó muy buena impresión y quién le dio permiso para ir con el ejército a liberar Orleans de los ingleses con una armadura, un caballo, una espada y un estandarte que decía “Estuve en un balcón de Magaluf y me acordé de ti”. Juana sabía de tácticas de guerra lo mismo que Casado de almacenamiento de energía solar, pero como al llegar a Orleans los que estaban allí consiguieron terminar con el asedio después de 7 meses, se lo atribuyeron a su naturaleza divina, porque ella fue al campo de batalla con su estandarte a gritar “ALIRON, ALIRON, ERDERFÍN, CAMPEÓN”. El ejército francés se vino arribo y empezaron a ganar en casa hasta que llegaron a Reims el 16 de julio de 1429, donde los borgoñones le bajaron la llave de la ciudad a Juana en un canastito de mimbre pa que pudiera abrir. Al día siguiente coronaron rey a Carlos VII, que uno en esta época tenía que hacer las cosas rápidas que lo mismo se te infectaba un padrastro y pasaban rápido a Luis XI. En los siguientes meses estuvieron de tregua con los ingleses, y Juana se dedicó a evangelizar a los que consideraba herejes. Era una especie de testigo de Jehová pero por carta, que quieras que no, molesta menos. Cuando acabó la tregua, los borgoñones la capturaron y se la entregaron a los ingleses, que le tenían más ganas que Cayetana Álvarez de Toledo a García Egea. En el juicio la acusaron de herejía y travestismo y el 30 de mayo de 1431, con 19 años y antes de poder probar las papas fritas y el chocolate, la quemaron en la hogera 3 veces, no fuera que se quedara poco hecha. Sus cenizas fueron esparcidas en el Sena y después de un tiempo anularon el juicio porque se dieron cuenta que era inocente y pa compensá la declararon santa, aunque ustedes siempre podrán recordarla cada vez que un pajarito les cuente un secreto o lloren por cambiar un billete de 50€.

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