Papá Noel en Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

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Hoy desvelaremos la misteriosa identidad de la persona que se esconde detrás de los nombres de Santa Claus, San Nicolás, Papá Noel o Viejito Pascuero, más conocido actualmente como Amazon. El pequeño Nicolás, no el nuestro, el otro, el que lleva regalitos a los niños buenos, nació en el año 280 en la que era la ciudad de Mira, por si tu madre lo tiene que buscar en el mapa que tu padre lleva en la guantera o Demre si lo quieres buscar en el Google Maps. Esta pequeña ciudad costera se encuentra en la provincia de Anatolia, en Turquía, lo que podría explicar el pelazo que tiene el tío a punto de cumplir 1742 años. Hijo de familia con casa en propiedad en el barrio de Salamanca de ellos, creció entre el deseo de su padre de fundar el SEUR del Adriático y el deseo de su madre de que fuera cura, como su tío, el obispo de Mira. La peste solucionaría este dilema y las discusiones entre sus padres, aunque se dice que en el panteón familiar se han registrado psicofonías en las que puede oírse una voz femenina diciendo “TE LO DIJE”, ya que el pequeño Nicolás, no el nuestro, este, el que lleva regalitos a los niños buenos, donó sus bienes a los pobres a la muerte de sus padres y se fue con su tío, el obispo, para ordenarse como sacerdote. Tuvo mucha suerte porque al morir su tío se quedó vacante la plaza de obispo y se la dieron a él por puntos. Su leyenda comienza una día que alguien acuchilló a varios niños y el los curó de inmediato rezando muy fuerte. Pero además, Nicolás, no el nuestro, este, el que le lleva regalito a los niños buenos, tenía especial inclinación por los niños. También es patrono de los marineros porque estando un día el George Clooney de ellos pescando acedías, vino una terrible tempestad, y al rezar mu fuerte (porque en el S.IV tó se arreglaba rezando mu fuerte) esta oración: “Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos”, éste apareció y calmó las aguas, como Moisés con el bastón, pero él metiendo en la espumita de las olas una servilleta enrollá. Lo de repartir los regalos lo empezó un día que conoció a un hombre muy pobre que no tenía suficiente dote para casar a sus tres hijas. Cada vez que una de ellas alcanzaba la edad de casarse, se colaba a hurtadillas por la chimenea de la casa y les dejaba una bolsa de monedas de oro en los calcetines que se estaban secando. Que también tuvo suerte de que le cogiera en el S. IV, porque hoy la especial inclinación por los niños y colarte en casa de gente ajena es un poco delito. Por lo que sea, esto de la chimenea se le fue de las manos y acabó entrando en la casa de todos los niños el 25 de diciembre a las 00:00 para dejar cinexines, nancys y excalectrics, pero solo a los niños buenos, a los malos les deja carbón para que puedan calentar la casa. En un principio, San Nicolás, empezó a llevar los regalos a los niños la noche del 5 al 6 de diciembre, pero como cogía a todos los españoles de puente, lo cambió al 25 de diciembre, por lo que se le puso el apodo de “Papá Navidad” traducido según el país a su propio idioma: “Father Christmas”, “Père Nöel”, “Babbo Natale”, menos en español, porque se ve que en ese momento la traductora electrónica se quedó sin pilas. En 1624, San Nicolás, no el nuestro, sino el que lleva los regalitos a los niños buenos, cambió a Santa Claus cuando los Neerlandeses fundaron Nuevo Ámsterdam, Nueva York según Google Maps. En 1823 se compró los renos y en 1863 se dejó la barba larga y se jartó de chicharrones. Todavía vestía de verde y a mediados del S. XIX se cambió por el blanco y el dorado, pero se tuvo que pasar al rojo, porque de tanto meterse por las chimeneas, la señora Claus no ganaba para Kalia Oxi Action. A principios del S XX se mudó al Polo Norte, donde recibe y clasifica todas las cartas de los niños y niñas que le llegan, pero se cree que tiene chaleres en Laponia Sueca, Laponia Finlandesa y Groenlandia. Desde allí, acompañado por la carbonilla, que es la que deja el carbón (porque si dejara a los sanitarios en la calle se llamaría Bonilla), viaja en su trineo tirado por sus renos y dirigidos por Rudolf que ilumina el camino con su nariz roja luminosa, llevando los regalitos alrededor de todo el mundo. Todavía no le ha llegado para calcular la pensión de jubilación en España, y a día por año teniendo cotizaos menos de 5 años, podemos estar tranquilos que queda Papá Noel para rato, aunque ustedes siempre podrán reconocerlo cuando oigan a alguien decir “JO JO JO”.

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