Raquel Welch en las Grandes Biografías de Zafarrancho Vilima

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Hoy miraremos un millón de años atrás para recordar a Jo Raquel Tejada, la mujer que vistió el primer bikini de la humanidad. Y os voy a dar un dato que he encotrado en el artículo del grupo de investigación onomástica de ningún sitio: Jo Raquel, es el Raquel María de nohotro. La pequeña Raquel nació en Chicago el 5 de septiembre de 1940. Su madre era estadounidense de origen anglo-escocesa y su padre, boliviano de ascendencia franco-española. Vamos, que si se hubieran echao un poquito de gel de placer de fresa, en vez de una niña, les sale un smoothie. Raquel tuvo dos hermanos chicos de seguío porque se ve que en Chicago hace una jartá de frío y apetece el refregón. Ya cuando Raquel tuvo 2 años y se mudaron a California, que hacía más calorcito, los padres se divorciaron. A los 7 años, Raquel se apuntó a clases de ballet y estuvo en la academia hasta los 17, cuando el profesor le dijo que no reunía condiciones, que ya se lo podría haber dicho antes y no se le hubieran puesto los pies como los de una momia precolombina. A los 14 años se presentó a su 1er concurso de belleza y fue nombrada Miss Fotogenia, que tiene el mismo mérito que pa mí coger los botes de los muebles altos de la cocina. En 1958 se graduó en la escuela de secundaria “La Jolla”, sí con ll; No se van a preocupar por la ortografía gente que piensa que el sol gira alrededor de la tierra. Welch lamentó muchas veces no hablar español ya que su padre lo prohibió en casa porque tenía un primo que le decía que España ens roba. En 1959, con 19 años, se casa por amor y porque no le había bajado la regla en 3 meses, con su primer marido, James Westley Welch, con quien tendría 2 hijos y de quién cogió el apellido y no lo soltó, aunque se divorciaron en 1964, porque le daba pereza ir al registro. Formar una familia no impidió a Raquel seguir formándose en interpretación para llegar a ser actriz, aunque sus primeros trabajos fueron de camarera o meteoróloga, que lo miraba ella en el iPhone antes de salir delante del mapa con los solecitos de velcro en la mano. Las primeras apariciones que hizo en el cine fue en una película de Elvis, haciendo de colegiala, en otra peli haciendo de prestituta y en la serie Embrujada haciendo de azafata de vuelo. Es decir, que confiaban menos en ella que yo en el entrenador del Cádiz. En 1966, con 26 años, conoce a Patrick Curtis, un agente de prensa con el que se casó y que se encargó de introducir el producto “Raquel Welch” en la Fox, en la TV, en el mercado europeo y GiraldaTV. No me extraña que se divorciaran en 1972, lo raro es que se casara con un tío que la vendía como una enciclopedia Espasa. Ese mismo año rodaría “One Million Years” (“Los picapiedra” en español) dónde encarnaría a una troglodita que adiestra dinosaurios y que va todo el día con un bikini con más mierda que tó los de Juego de Tronos juntos. Fue entonces cuando se ganó el apodo de “El Cuerpo” y la etiqueta de sex-symbol de la que intentó aunque nunca pudo desprenderse. Pero en 1968, en el rodaje de 100 rifles, Raquel tuvo un affair con Sancho Gracia, que sería perseguido por el ofendido Patrick a punta de pistola por todo el hotel donde se hospedaban. Y pa que supiera que a una mujer no se le vende como a una braga de mercadillo, también le fue infiel con Aldo Sambrell en el mismo film. El marido iba por Aguadulce que se iba enganchando con tó las sábanas tendías de las azoteas. Ya en esta época tenía las pestañas que parecía que iba a salir en el póster de la “Naranja Mecánica” y un cuerpaso que si yo hubiera tenío ese cuerpaso, “iba haber sío” grasiosa mi prima la de Cantabria. Raquel Welch trabajó con los grandes actores de la época dorada de Hollywood como Sinatra, Marcello Mastroianni o Fernando Lamas, el rey de las camas. Y aunque las producciones en las que aparecía no tuvieron, por lo general, gran resonancia (porque no estaba Amancio, que si no le regala una máquina) la Welch llegó a cobrar hasta un millón de dólares en los años 60. Y ella que sabía que no era Meryl Streep, lo guardaba en una hucha en forma de buzón que le habían regalao en Correos para montar más tarde su propia productora. En 1973 se estrenó “Los 3 mosqueteros”, película que fue rodada en parte en España y por la que consiguió un Globo de Oro. En 1974 se estrenó “Los 4 mosqueteros”. En realidad era la misma película tan larga que decidieron cortarla en dos, pero por lo que sea, Raquel sólo actuó bien la primera hora y media. Se casaría dos veces más, en 1980 y en 1990, no con el mismo, con otros dos diferentes. En 1986, La Metro-”Golden”-Meyer tuvo que indemnizarla con 11 millones de dólares por haberla excluído del reparto de una película, aunque no era la primera vez, ya en 1979 Joan Collins le quitó el papel de Alexis Carrington en Dinastía, por eso a la segunda vez ya no le dieron coba. Como también cantaba, porque no le faltaba un detalle a la mushasha, grabó musicales y tuvo un notable éxito en Broadway. También tenía una estrella en el paseo de la fama de Hollywood, que no da dinero, pero oye, da gustito cuando te la dan. Digo yo. Desgraciadamente, el 15 de febrero de 2023, a los 82 años, Raquel nos dejaba para siempre, aunque ustedes siempre podrán recordarla cada vez que se pidan un smoothie o vean los pies de una momia precolombina.

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