Steve Jobs en las Grandes Biografías de Vilima

Zafarrancho Vilima - Podcast tekijän mukaan Zafarrancho Vilima

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Hoy recordaremos la exitosa y ajetreada vida de Steven Paul Jobs, creador del iMac, iPod, iPad, iPhone, iTunes encebollao y pavía rebozá. El pequeño Steve nació el 24 de febrero de 1955 en California. Sus padres fueron Abdulfattah Jandali, un inmigrante sirio, y Joanne Carole Schible, una estadounidense de ascendencia suizo-germana que por lo visto no sabían que aliñando el mejillón con la cebolleta salía a los 9 meses salía un nenuco que cagaba y comía, así que lo entregaron en adopción a una familia de clase media, que es el regalar el especial del cupón del día de la madre de ellos. Luego sus padres biológicos se casaron y tuvieron otra hija, la novelista Mona Simpson, que sí, que también triunfó, pero que fue más como el cupón diario sin la paga. Está casada con Richard Apple y así todo queda en casa Sus padres adoptivos eran armenios, Paul Jobs y Clara Hagopian, madalenas, preñaitos… En 1961 se mudaron a Palo Alto, que es el Villarriba de ellos, donde comenzaba a centralizarse la industria de la electrónica. De hecho, Steve, en vez de ir de excursión con el colegio a la fábrica de Inés Rosales, iban a la fábrica de Hewlett-Packard y se traía de regalo un recambio de tinta de impresora. En ese momento él no lo sabía, pero ahí comenzó su fortuna. A los 12 años vio por primera vez un ordenador y lo vio claro: Si consigo poner tetas en esa pantalla, me forro. Al final acabó haciendo prácticas en la Hewlett-Packard donde conoció a otro Steve, Steve Wozniak, que es el que puso el garaje. En 1972 entra en la Universidad pero sólo puede ir 6 meses porque el coste era muy elevado y a Steve se le olvidó que tenía tinta de impresora. Aún así, siguió de oyente algunos meses más, pero lo dejó porque se dio cuenta que de oyente no le iban a dar al final el diploma con la firma del Rey. En 1974 vuelve a casa y hace lo que hacen tó los americanos que no tienen dinero, se va un año sabático a la India. Pero como el retiro espiritual no llena el buche, tuvo que buscar un trabajo, acabando de técnico en Atari, el mítico fabricante de videojuegos, donde conoció a uno de sus fundadores, Nolan Bushnell. ¿Oyen ustedes esos golpes? son los cabezazos que todavía se está pegando Bushnell; Pero sigamos. Al volver de la India ya fue cuando se metió en el garaje, que si no, no hay historia, renunció a Atari y fundó Apple. Steve le ofreció a Bushnell un porcentaje de Apple, pero Bushnell LO-RE-CHA-ZÓ. Durante todo este tiempo, Steve estuvo experimentando con LSD, según él, una de las dos o tres cosas más importantes que había hecho en su vida; y había hecho 4 hijos. Es 1976 y la recién fundada Apple Computer Company vendió 200 ordenadores a 200 Frikis que todavía están esperando que se vean las rodillas. 6 años después sería una empresa con 4000 empleados y Jobs, con 27 años, el joven más rico de 1982. En 1978, cuando tenía 23 años, tuvo una hija con Chriss Ann Brennan, la pequeña Lisa, a la que no reconoció ni prestó ayuda económica hasta 1991, porque Steve Jobs era un genio y un poquito hijo de puta. De hecho, en 1983 vio la luz el primer ordenador de Apple para torpes que se llamó Lisa, pero le dijo a la hija que no se flipara que no era por ella, ni que ella fuera un papelito de LSD. En el 85 dijo “El Apple es mío y me voy” y como no se lo pudo llevar se compró Pixar e hizo Toy Story, que era como una peli de Terence Hill y Bud Spencer, pero en dibujitos. En 1991 se casó con Laurene Powell, con la que tendría sus otros 3 hijos, que desconozco si trabajan, pero si lo hacen, eso ya es por vicio. En el 97 volvió a Apple, porque estaban vendiendo menos que un puesto de cartuchos de camarones al sol, y consiguió reflotar la empresa poniéndole una “i” delante a tó lo que sacaba. En 2011, su fortuna personal ascendía a 8300 millones de dólares, que tampoco es tanto porque con eso no se puede comprar ni Twitter. En 2003 se le diagnosticó un tipo de cáncer de páncreas mucho menos agresivo que el habitual, pero como él había venido a jugar, en vez de operarse se puso a meditar y a comer endivias. El 5 de octubre de 2011, Steve Jobs ya no cumpliría los 57 años, pero ustedes siempre podrán recordarlo cada vez que escuchen a Bushnell darse un cabezazo o vean una película de Bud Spencer y Terence Hill.

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